aprovechemos para reflexionar sobre nuestras vidas, sobre lo que hacemos bien, para
seguir haciéndolo; sobre lo que hacemos mal, para corregirnos y mejorar; sobre lo que
no hacemos, para lanzarnos de una vez.
Los seres humanos necesitamos de vez en cuanto pararnos para mirarnos a nosotros,
mirar nuestro hacer y pensar sobre ello.
Dios nos invita a eso, a pensar, a recapacitar, a
ser inteligentes para que no sea la vida la que nos lleve, sino que seamos nosotros los
que decidamos qué queremos de nuestra vida.
Los Judíos del tiempo de Jesús hacían tres cosas en estos períodos de reflexión de sus
vidas: En primer lugar oraban más, hablaban más con su Dios, le dedicaban tiempo al
que les dio la vida; en segundo lugar ayunaban, como signo de austeridad, de
autocontrol y sencillez de vida; y por último, daban limosna, compartiendo así lo que
tenían con todos aquellos que eran menos afortunados.
Que Dios nos ayude en esta cuaresma a ser mejores personas, mejores hijos suyos y mejores compañeros del que tenemos al lado. Ánimo, y aprovecha el tiempo.
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