domingo, 9 de junio de 2019

10 DE JUNIO: ORACIÓN DE LA MAÑANA-SECUNDARIA

En la reflexión de hoy leeremos un texto de la palabra de Dios que hace referencia a uno de los acontecimientos más importantes de la Iglesia primitiva y que celebramos el Domingo pasado.

Se trata de la festividad de Pentecostés, momento en el que la presencia de María en medio de los apóstoles fue muy importante.
Todos los discípulos estaban juntos el día de Pentecostés.

De repente, un ruido del cielo, como de un viento recio, resonó en toda la casa donde se encontraban. Vieron aparecer unas lenguas, como llamaradas, que se repartían, posándose encima de cada uno. Se llenaron todos de Espíritu Santo y empezaron a hablar en lenguas extranjeras, cada uno en la lengua que el Espíritu sugería. Se encontraban entonces en Jerusalén judíos devotos de todas las naciones de la tierra. Al oír el ruido, acudieron en masa y quedaron desconcertados, porque cada uno los oía hablar en su propio idioma. Enormemente sorprendidos, preguntaban: - ¿No son galileos todos esos que están hablando? Entonces, ¿cómo es que cada uno los oye hablar en nuestra lengua nativa? Entre nosotros hay partos, medos y elamitas, otros vivimos en Mesopotamia, Judea, Capadocia, en el Ponto y en Asia, en Frigia y en Panfilia, en Egipto o en la zona de Libia que limita con Cirene; algunos somos forasteros de Roma, otros, judíos o prosélitos; también hay cretenses y árabes; y cada uno los oímos hablar de las maravillas de Dios en nuestra propia lengua. ¿Nos hemos preguntado cuantas cosas nuevas pudiera suscitarnos el Espíritu Santo a cada uno de nosotros? Ya sabéis, como el lema de este año: a la escucha, siempre a la escucha, que las cosas importantes, por lo general, se dicen bajito. Ánimo con la tarea del día.

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