El viernes 11 de octubre celebramos el Día Internacional de la Niña para seguir luchando contra las múltiples dificultades y discriminaciones a las que se enfrentan las niñas y chicas en todo el mundo, pero también para celebrar el gran número de niñas imparables con las que nos encontramos cada día. Niñas que están a nuestro alrededor, en nuestras calles y colegios, y también lejos, en otros países y ciudades. Niñas como Abeny, alumna del colegio de Rumbek, en Sudán del Sur, que cada día acude al colegio para aprender, formarse y ser feliz, como nos cuentan desde Fundación Mary Ward.
Una generación de niñas imparables que recogen en sus vidas el impulso de un movimiento que hace ahora 25 años se ponía en marcha durante la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer celebrada en Beijing. Un encuentro planetario en el que participaron más de 25.000 mujeres.
De allí surgió la Declaración y Plataforma de Acción de las mujeres, una completa agenda política para la igualdad entre cuyas propuestas destaca el esfuerzo porque cada niña pueda realizar sus sueños en una vida libre de violencias, con una educación asegurada, en la que pueda elegir y pueda llevar una vida plena.
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