REFLEJO DE LUZ
Un día le preguntaron a un profesor:
¿Cuál es el sentido de la vida?
Y éste sacando del bolsillo un trozo de espejo dijo a sus alumnos.
Cuando yo era pequeño me encontré un espejo roto y me quedé con este trozo y empecé a jugar con
él. Era maravilloso, podía iluminar agujeros profundos y hendiduras oscuras.
Podía reflejar la luz en
esos lugares inaccesibles y esto se convirtió para mí en un juego fascinante.
Cuando ya me hice hombre comprendí que no era un juego de infancia sino un símbolo de lo que yo
podía hacer con mi vida.
Comprendí que yo no soy la luz ni la fuente de la luz. Pero supe que la luz
existe y ésta sólo brillará en la oscuridad si yo la reflejo.
Soy un trozo de espejo y aunque no poseo el espejo entero, con el trocito que tengo puedo reflejar luz
en los corazones de los hombres y cambiar algunas cosas en sus vidas. Ese soy yo. Ese es el
significado de mi vida.
Podemos preguntarnos en qué lugares de nuestras vidas somos reflejos de la luz y que oscuridades
necesitan ser iluminadas.

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