ORACIÓN DE LA MAÑANA: 3 DE FEBRERO-PRIMARIA
PRESENTACIÓN DE JESÚS
Cuando Jesús era casi un bebé pasó una cosa muy sorprendente.
Sus padres le llevaron al
templo, porque era costumbre de los judíos presentar allí a los recién nacidos para que Dios
los protegiera. El templo de Jerusalén era un lugar enorme, lleno de gente. Todo el mundo
andaba de un lado para otro, así que José, María y Jesús estaban un poco perdidos. Pero un
hombre muy mayor, que se llamaba, Simeón, en cuanto los vio, echó a correr hacia ellos. Y les dijo: "Llevo toda la vida esperando a ver a este niño". Estaba feliz.
María y José se
miraron sorprendidos. Pero ya empezaban a acostumbrarse a que con Jesús pasaran cosas
extraordinarias.
El hombre siguió diciendo: "Este niño será luz para las naciones…"
Luego
miró a María y José se apoyaron un poco más uno en el otro. Pero no tuvieron miedo.
Al final el hombre se marchó muy contento por haber visto a Jesús, al que llevaba esperando
muchos años. Luego la familia volvió a Nazaret, a su casa. Allí pasaron los años y Jesús iba
creciendo, y se hacía mayor y más sabio.
Jesús es alegría, cada vez que escuchamos una historia de él nos ponemos contentos
porque aprendemos muchas cosas buenas. Conocer a Jesús nos cambia la vida porque
nos quiere mucho.
De la misma manera que si vemos a alguien que no vemos hace tiempo estamos alegres.
¿Con qué persona nos ponemos contentos? ¿Qué hago yo para que los demás estén
contentos?
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